Diría tajante, en su clase de las ocho de la mañana, en medio de compases y notas musicales, nuestro querido y estimado Maestro Rorro: "No es justo, pero es real". Sigue reverberando en mi aquella frase que nos hizo enfadar y reír al mismo tiempo. Hoy hago mías sus palabras y con el dolor de mi corazón se las repito, haciendo referencia a la terrible situación que vive nuestra escuela: "No es justo, pero es real" Y ahí está, como un espectador más, nuestro también muy querido Maestro Retes, justo al centro del conflicto viendo como la escuela que tanto amó y en la que dejó los últimos años de su vida se convierte en una pequeñísima escena de lo que es hoy nuestro país.
No sé, la verdad, mucho de sindicatos, pero algo me enseñó el CUT de teatro. Pasé los cuatro años de mi carrera siempre al lado de Francisco Álvarez, Pancho, pa los cuates. Aprendí en la práctica con él, una de las bases más importantes del teatro; el trabajo en equipo donde todos hacen todo, igual terminas bañado en pintura negra pintando el foro que cargando reflectores o con un dedo negro por aprender a usar el martillo. Sí, la formación de los actores también es esa, Pancho dijo en la primera clase: He visto tantas actrices haciendo una escena en la que les toca barrer y no saben como agarrar la escoba. No sé de sindicatos, pero sé lo que es la pasión por el teatro, sé que Pancho vive con ella como nosotros los ex-alumnos, alumnos y maestros. Esa pasión que compartimos y nos une, nos separa de ellos.
¿En qué momento se volvieron la base de nuestras pláticas en las reuniones? ¿Cuántas historias sabemos? ¿Cuando llegamos al punto de escoger un teatro basándonos en su planta técnica? ¿Cuántas veces han puesto en riesgo la vida de otros colegas, actores? Muchas anécdotas van y vienen en su cabeza, estoy seguro. ¿Y por qué hemos permitido que nuestros teatros sean secuestrados, como está ahora nuestra escuela? Tenemos que darnos cuenta que los sindicalisados en nuestros teatros, no son un problema menor. Ningún secreto es, que ellos se llevan un gran porcentaje del presupuesto asignado al teatro mexicano, que muchos no están capacitados para realizar sus labores, porque sus estructuras sindicales les permiten moverse de un puesto a otro fácilmente, hacen de sus lugares de trabajo sus salas de televisión o muy comúnmente dormitorios. No se puede decir que son todos, pero sí desgraciadamente la mayoría. Habría que enseñarles tantas cosas, tendrían que pasar también por una formación especializada. Son ellos, para decirlo en términos futbolísticos, el jugador número doce y se parecen más al portero del arco rival.
Y así está nuestro país, repleto de políticos mediocres que no se cansan de mentir y de robar. De promulgar leyes para su beneficio y el de sus compadres, que no ven los problemas reales porque se ocupan de acumular fortunas y poder. Y camina, sí, pero con su respectivo "lubricante". ¿Para qué decir?, ¿para que armar borlote?, el "lubricante" lo soluciona todo. Y continúan con el saqueo sin vergüenza, constantes recortes a los presupuestos de cultura porque no es prioridad. - ¿Le cortamos el presupuesto a la UNAM?, ¡Pero cómo no, señor diputado, mientras menos sepan, mejor! - ¿Le cortamos el presupuesto a la cultura?, ¡Pero claro, señor presidente! Pues sí ¿no?, ¿cómo pa que sirve eso o qué? - Y así se la campechanean, ¡agusto! a costa de los que les seguimos pagando con nuestros impuestos sus indispensables comodidades.
Y aquí estamos ahora los cuteros, agregándonos a la lista de mexicanos víctimas de años y años de ignorancia, estupidez, ambición y mediocridad.
Que nos sirva esto para despertar, para refrendar la esencia de nuestra profesión, para gritar desde los escenarios, desde las plazas o las banquetas. ¡Éso es lo que hemos escogido hacer, es lo que sabemos hacer mejor!