Para los que me conocen no es ningún secreto mi absoluta ignorancia en materia financiera internacional, nacional, local o individual. No me puedo considerar si quiera hábil en materia numérica. Lo siento, no fui al ITAM, fui a la UNAM donde poco tuvieron que ver mis estudios en materia económica. Soy del noventa por ciento de la población que pone cara de "Juanito" cuando inicia la sección de finanzas en el noticiero; Los cetes bajaron, la bilirrubina subió, la tasa fija se movió y basta ver la foto de Tino en la portada de hoy de la Jornada para saber que la inflación es de lo más grave en el país.
Siempre que de Tino se trata, le digo así de cariño a nuestro estimadísimo Secretario de Hacienda, lo imagino, no logro todavía saber por qué, sentado en un restaurante de Polanco, de esos argentinos baratitos, con un churrasco de kilo y medio, un mantel abrochado al cuello y con la boquita esa chiquita que tiene, abriéndose como la quijada de un tiburón que se disloca al momento de morder para abarcar la mayor cantidad de carne posible para no dejar escapar a su presa, mientras mastica con la boquita abierta, ligeramente embarrada en su periferia de chimichurri, piensa en la situación de pobreza y marginación que viven miles de mexicanos. Después de una hora sentado a la mesa y después del respectivo coñaquito para el desempanze, que pareciera no tener remedio, pide la cuenta y se ve enormemente sorprendido por el costo de su carnita, es ahí donde descifra el enigma, como Dr. House y su inseparable amigo Wilson, en este caso Tino y su inseparable amigo el churrasco. Al ver la cuenta, decía, se sorprende y exclama:
-¡No es posible, está baratísimo! ¡Yo pagaría el doble por este jugoso y exquisito churrasco, che! - Y así piensa que, si el pagaría el doble, cualquiera pagaría el dos por ciento más, ¡claro! No fui al ITAM, pero eso lo puedo entender perfectamente, tiene lógica. Digo, porque ¿Qué es el dos por ciento más? ¡Nada, hombre! ¡Una bagatela! Además Tino dijo con enorme sabiduría y lógica inquebrantable, es el impuesto contra la pobreza, de ayudar a los pobres se trata. Y uno, que no fue al ITAM, piensa: claro, le van a cobrar a los que más tienen para dárselo a los que menos tienen, ¡más no! Burdo e ignorante pensamiento, ¡lógica idiota! ¡no! Se trata de cobrarles a todos, temporalmente por supuesto, el dos por ciento más, y todos es todos sí. Tu, querido y curioso lector pagarás a partir del 2010, dos por ciento más por el servicio de internet pa que puedas seguir chismeando en tu facebook, tener esas charlas tan importantes en msn y leer de vez en cuando a este analfabeta numérico. Una vez más, Tino y nuestro queridísimo presidente asombran con su inteligencia, me tomaré un renglón para explicarles en palabras sencillas la abrumadora lógica: Si todos pagamos el dos por ciento más de todo, será mayor la recaudación para apoyar programas sociales, claro, porque son muy poquitos en este país los que más tienen. Sencillo ¿no? ¿Cómo no se nos había ocurrido antes?
Otra de las razones, además de la crisis económica, es una sorpresa que estoy a punto de revelarles. ¿Por qué el dos por ciento y no el tres o el uno punto cinco, o el uno punto nueve? Fácil, porque este impuesto es además parte importante de los festejos del Bicentenario, ¿a poco creían que era casualidad lo del dos? Que mejor manera de festejar doscientos años de impuestos con un dos por ciento más.
Ya con ésta me despido por hoy. Me permito hacer una atenta y atrevida recomendación a mi estimado Tino: Estimado Dr. Tino Carstens: Le extiendo antes que nada, mi mano con un saludo enjundioso lleno de entusiasmo y apoyo. Me permito también por este medio, hacer de su conocimiento la preocupación de cientos de mexicanos que me han encomendado la atrevida misión de escribir ésta carta, la enorme preocupación, decía, sobre su delicado estado de salud. Le recomendamos tener una reunión a la brevedad con el Sr. Secretario de Salud para que de inmediato le aplique a usted el plan DN-3 y revierta su delicada situación. De verdad, no es una cuestión de vanidad es una cuestión de salud, pregúntele al secretario, más vale prevenimss. Dios guarde la hora, como diría mi abuela, que dios la tenga en su santa gloria, vaya usted a tener un contratiempo médico en medio de tan dura crisis, ¿Qué haríamos sin usted? Es usted quién lleva en esta tormenta, el timón del barco que comienza a hundirse desde la proa donde casualmente está usted parado.
1 comentario:
Esta muy bien llevada la carta,la goze! la foto esta increíble!
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