miércoles, 2 de enero de 2008

CAPITULO IV

De como llegó el Sonorense a Lisboa y como paso el año nuevo...

Día 31 de Diciembre seis de la mañana en Barcelona, me parece un amanecer eterno. Un aeropuerto solitario y la aduana esperándome. ¡Sí pasó el chile! Ni me revisaron las maletas y apenas vieron mi pasaporte. Tengo conexión a Lisboa así que voy por mi pase de abordar en Iberia, me dicen que ay que esperar el vuelo sale a las nueve y todavía no puedo documentar. Así que voy a pasear por el aeropuerto preguntándome que horas son y a qué hora amanecerá. Voy ya por mi pase y me dirijo a la puerta once pasando antes por el obligado embichamiento, como diría mi apá. Esperando en la sala para abordar el vuelo me tope con colombianos, mexicanos, portugueses, ingleses, todos para viajar en el mismo avión.
¡Es verdad! Como se ve desde el google earth Barcelona es verdad. Dormí la siguiente hora para no sufrir las ansias de querer llegar, por cierto ni un vasito de agua te ofrecen en los aviones europeos, todo te lo venden y como es bien sabido no traigo dinero como para comprar una coca-cola de 3 euros. Antes del aterrizaje el avión dio una vuelta completa sobre Lisboa; neblina, el puente, tejados rojos, mar. Precioso.
Destino final, Lisboa. Recogí mis maletas, compre unos chicles en una tiendita para tener monedas y poder hablar por teléfono a mi abuelo y avisar que había llegado. Espere un rato fuera del aeropuerto y debo decir que cuando mis abuelos pasaron frente a mi en su carro, no me reconocieron de primera vista. Abrazos, besos y un pequeño recorrido por donde en el 98 fuera la expo Lisboa. No podía cerrar la boca. Llegamos a Oeiras, casa de mis abuelos, mi abuela me preparó un buenísimo sanwich de jamón serrano y a dormir un rato, era día 31 y había que descansar pa´ la nochi.
Desperté ya de noche y mi abuelo me dio a probar algunos vinos mientras comíamos pan y queso. Oporto blanco, buenísimo. Una hora después llega mi prima Beatriz con una amiga, van a pasar el fin de año en la plaza de Lisboa donde habrá fuegos artificiales y conciertos, pos que me les pego. Tomamos el tren a Lisboa y caminamos por Barrio alto, tomamos unas fotos y después bajamos a la plaza. Estaba impresionado, en esta ciudad uno puede comprar una cerveza y caminar bebiendo tranquilamente. En la plaza ya todos preparaban las botellas de champan y las pasas. Cinco, cuatro, tres, dos, uno… ¡pum! llegó para mi impresionante el 2008, bañado en champan y las luces de fuegos artificiales que duraron, fácil, diez minutos en la plaza de Lisboa a la orilla del río. De ahí, otra ves a barrio alto, a la zona de bares. Ya nos acompañaban dos amigos más de mi prima. Juanito como terminé diciéndole después de llevarnos a tomar una impresionante sangría, y su novia de la que no recuerdo el nombre por culpa de la misma sangría. Lo pasé increíble, un año completamente nuevo. Espero que para todos este año traiga mucha salud, logros y amores.

Las fotos las público ora que mi prima me las mande.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encanta tu facilidad para contar en el lenguaje escrito, asi no estarás nunca lejos y podré disfrutar tu aventura . Gracias!
Paula Martins

Clown para llevar Radio